SEMINARIO CLÍNICO 2020 - CID Pergamino IOM 2

Reseña tercera clase: Alberto Justo - Sábado 6 de junio

La clase a cargo del psicoanalista Alberto Justo titulada El inconsciente y la ética en la clínica lacaniana: El deseo y la causa” se inicia con una breve introducción en relación al momento particular de confinamiento en el que estamos situados, cuya magnitud inédita nos enfrenta a un Real muy distinto al que tratamos de acercarnos en el dispositivo analítico. Se trata de un Real que la ciencia intenta circunscribir y localizar para poder abordarlo. Todavía no estamos en esa instancia. El efecto de transmisión se ajusta a la mediatización de este Otro llamado tecnología.

La reseña de la clase anterior leída por Mariana Español sirve para orientar y ubicar el giro clínico que Lacan realiza a lo largo del Seminario 11. Alberto señala que este movimiento comienza a instalarse en las primeras clases a partir de la elaboración de una crítica a la perspectiva freudiana. Si se sigue por la vía de la interpretación, ¿Cuáles son las consecuencias clínicas? Refiere que además del inconsciente freudiano, afín a la represión primaria (ombligo de sueño) y secundaria, Lacan introduce una nueva forma de presentar este concepto. Si bien recurre a Levi Strauss para afirmar que está estructurado como un lenguaje, tambiénincorpora la dimensión evanescente que se asemeja más a la función de la pulsión como apertura y cierre, articulada con los agujeros del cuerpo. Allí donde hay una hiancia aparece algo de este inconsciente. Retoma el trabajo del sueño para subrayar el concepto  de despertar como un momento revelador y fugaz que brota a modo salida del poder hipnótico del significante y del inconsciente, que exige interpretar mientras dormimos. Menciona que esta escansión hace posible al dispositivo analítico y se pueda tocar un Real que ocasionalmente irrumpa en el sueño. La ética en la clínica radica en que el analista encarne un lugar opaco para que le haga de partenaire a ese inconsciente definido como hiancia y que la dimensión de la causa siempre esté vacante. No poner sentido allí.  El Síntoma ya no es pensado como algo que trae el paciente para ser interpretado sólo por el anudamiento significante y el Sujeto Supuesto Saber. Ahora remarca que el  Deseo del analista se formaliza como un elemento heterogéneo que permite abordar el costado, el núcleo de goce que anida en todo síntoma analítico. Destaca que Lacan, durante gran parte de su enseñanza se interroga  sobre cómo tocar algo de ese goce (núcleo de satisfacción) que todo Síntoma tiene.

Al final de la clase, el material clínico leído por Romina Martínez, extraído del texto “Embrollos del cuerpo”, posibilita que Alberto pueda ubicar el costado ético de respeto y cautela para hacer operar el deseo del analista en este caso singular. Se disparan distintas preguntas sobre lo expuesto.

Alejo Godoy